A un paso de la gloria

autorA un paso de la gloriaPor Claudio Marangoni | Tras un partido épico, la Selección está una vez más en una final de Copa del Mundo. La partida de ajedrez que se jugó en San Pablo y el análisis de un especialista. A un paso de la gloria

Tras un partido épico, la selección argentina está presente, una vez más, en una final de Copa del Mundo, para felicidad de toda la patria futbolera, que en esta instancia se agranda en número hasta casi 45 millones de fanáticos.

Repasemos el partido.

No recuerdo haber visto un partido de copa tan táctico, al extremo de parecer más un partido de ajedrez que uno de fútbol.

Argentina tuvo este orden: en primer lugar lo jugó con la cabeza, fue un equipo 100 por ciento cerebral; a esto le sumo el corazón, mostró La ptemple y le sobró fe los 120 minutos, como si fuera un puchero le agrego huevos, con Mascherano a la cabeza, y le puso el fútbol necesario para llevar a cabo esta idea futbolística.

Físicamente el equipo respondió, se multiplicó en el esfuerzo y estuvo a la altura de un compromiso semejante, nunca fue menos que el rival.

En lo táctico, los dos técnicos jugaron un partido aparte, primero anularon las fortalezas del adversario, Argentina a Robben y Holanda a Messi; ambas escuadras ocuparon los espacios correctamente, como le gusta decir a Sabella, y se les hizo muy difícil a los dos encontrar caminos para llevar peligro al arco de enfrente.

En este ensayo de laboratorio, a mi juicio Sabella ganó el duelo por poco margen, pero lo ganó, Argentina fue un poco más que Holanda.

Después, la lotería de los penales se volcó a favor nuestro para felicidad de la patria futbolera que a partir de hoy tiene un nuevo prócer que se llama Sergio Romero.

Queda por decir que fue un partido luchado, de dientes apretados en el que Mascherano se doctoró con las mejores notas, y donde ambos equipos casi no se sacaron ventajas.

Se viene la final, el manual dice que lo más importante es recuperar fuerzas para la última batalla, hay que abrazarse a Messi, está rodeado por un conjunto de hombres dispuestos a dejar todo, es el turno de Leo, el momento de frotar la lámpara y hacer la diferencia.

Ya lo dijimos antes, nosotros creemos, confiamos y rezamos para que este equipo alcance la gloria, se lo merecen por lo hecho hasta aquí. De no ser así, muchas gracias por todas las alegrías que nos hicieron vivir.

(*) especial para 442