La llamada del pasado domingo fue en respuesta a una carta que la mujer le envió donde le plantea la situación de dos personas divorciadas que quieren contraer enlace con la bendición de la Iglesia.
Esmeralda Quiroga, una vecina de Rosario del Tala, le envió una carta al papa Francisco para contarle que -siendo divorciada, al igual que su pareja (Oscar Mori) y padre de su hijo- quería casarse con la bendición de la iglesia. Grata fue su sorpresa cuando el sumo pontífice la llamó a su teléfono. La llamada el pasado domingo, en respuesta a una carta que Esmeralda, de 35 años y madre de un niño, Rodrigo, nacido en Basavilbaso hace cuatro años, le envió el 16 de junio pasado, después que charlara con un sacerdote sobre su deseo de recibir la bendición a su matrimonio. «Soy muy creyente, no quería fallar otra vez», dijo la mujer que aspira «que este matrimonio sea para toda la vida». Esmeralda le contó a RIEL FM que todos los días revisaba el correo esperando una respuesta.
«El 27 de junio -como yo necesitaba la bendición- y como tengo claro que Dios es uno solo acepte la sugerencia de una amiga («Pato») de que lo hiciera un pastor…él me dijo que más allá de nuestros errores no era el hombre el que decidía a quien se le da la bendición o no», pero que «se debían respetar las reglas de cada Iglesia». «Con Oscar decidimos aceptamos esta bendición que nos impartió el pastor, para nuestra alegría, en el en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo», relató la mujer. Más adelante Esmeralda contó, que para su sorpresa, alrededor de las 9:30 del domingo «sonó el teléfono, y mi hijo corrió a atenderlo. No hizo como atrás veces que corta, sino que habló con alguien y me llamó diciendo: «mamá te habla el Papa, el de la televisión»…tome el teléfono pensando que era una broma de un familiar (Sergio), pero enseguida me di cuenta que no era así, que era Jorge Bergoglio, el mismísimo Papa».
«Fue el regalo más hermoso que recibí en mi vida», resume. Esmeralda, que es oriunda de Guaymayén, Mendoza, y vive en Rosario del Tala desde hace un lustro le contó a la radio de Basavilbaso que el Papa le dijo que cuando uno llama a Dios «él está», y que «cuando tocan su puerta él acude a donde lo llaman». «Como intermediario de Dios el Papa me dio la bendición, lo hizo también para con la familia, los hijos y el matrimonio del que espera (como yo) tenga otros frutos. Me dijo que todo lo que hagamos sea en el camino de Cristo… le agradecí, me demostró que uno -pese a las dificultades- debe seguir cerca de Dios, y que actitudes como la suya acercan a la Iglesia…le di las gracias por su humildad y le ofrecí mis servicios para lo que hiciera falta, soy enfermera, Misionera desde los 12 años y realmente me sentí privilegiada con el llamado del Papa», contó.