Mucho se habla de la ausencia del seleccionado nacional en las instancias decisivas de los Mundiales. Repasamos este casi cuarto de siglo sin poder estar entre los cuatro mejores.
El seleccionado que conduce Alejandro Sabella desde el banco y lidera Lionel Messi desde adentro del terreno de juego, le dio una alegría enorme a un pueblo que no vivía un momento así desde Italia 1990, cuando Diego Maradona era el capitán del equipo. El tiempo pasó, y Holanda espera por la celeste y blanca.
El antecedente ya tiene 24 años de antigüedad. Aquel equipo tenía a Diego Maradona, Claudio Caniggia, Sergio Goycochea y Oscar Ruggeri, entre tantos valiosos apellidos. El camino fue muy duro y la selección tuvo en las semis al siempre duro Italia. Pero antes de llegar a este desafío, pasó a Yugoslavia, muy ajustadamente y por penales, tras igualar 0-0. Llegaría a la final tras superar al local, luego de igualar 1-1 en el tiempo regular. En Italia, nunca perdonarían al 10 por esto.
A partir de allí, pasarían 24 años para que Argentina viva un momento como el de hoy.
En Estados Unidos 1994 y tras la conocida historia de Maradona en su último Mundial, el seleccionado de Alfio Basile quedó afuera en octavos de final ante Rumania, en una Copa del Mundo que, de no haber sido por el caso de Diego, iba a tener a la selección entre las mejores. Fue 2-3 y para Argentina convirtieron Abel Balbo y Gabriel Batistuta. Seguramente es uno de los recuerdos más duros en este tipo de competencia.
Pasado el duelo, el Mundial de Francia 1998 recibió al elenco de Daniel Passarella. En cuartos, el rival fue Holanda, justamente el próximo escollo en Brasil. Tras pasar a Inglaterra por penales en octavos, el destino quiso que Dennis Bergkamp clave un golazo a dos minutos del final, para el 1-2 definitivo, que dejó sin semifinales al equipo. La imagen de Ariel Ortega y el cabezazo a Edwin Van Der Sar quedó en la memoria de todos.
Uno de los golpes más duros de la historia se dio en Corea-Japón 2002. El equipo de Marcelo Bielsa llegó como el máximo candidato al título. Todo se diluyó en la primera ronda. Victoria ajustada ante Nigeria, derrota contra Inglaterra y empate ante Suecia para volver mucho más temprano de lo previsto.
En 2006, con un plantel renovado, Argentina llegó a Alemania. José Pekerman, hacedor de muchos de los componentes del equipo en los juveniles, fue para quedarse con la Copa. Pero en el camino apareció el local. En octavos, México quedó atrás en tiempo extra y por 2-1. Ante Alemania, se llegó a los penales. En esa instancia y con el “papelito” de Jens Lehmann, el 2-4 dejó al equipo otra vez afuera de las semis.
Sudáfrica generó algo muy especial en el público. Diego Armando Maradona volvió al seleccionado nacional para conducirlo tácticamente y devolverle la mística de 1986. Pero, tras derrotar otra vez a México en octavos, llegó el turno de enfrentar a Alemania.
En cuartos, Argentina recibió una derrota abultada. El 4-0 no dejó margen al análisis y Diego se quedó con las ganas. Lionel Messi no pudo ser el mejor del Mundial, ya que no anotó y no logró consolidarse como el líder del equipo.
Ahora, todo eso quedó atrás. Argentina jugará una vez más y tras 24 años, la semifinal del Mundial. Se cumplió el primer objetivo, pero nadie está conforme. Llega Holanda y el equipo argentino quiere meterse en la definición de la Copa del Mundo.