Su rendimiento fue pobre al principio de la copa, pero ayer se destapo con su primer gol y un partidazo. “Nos faltan dos partidos para cumplir el sueño”, dijo.
Desde Brasilia
Paradójicamente en Brasilia, esta especie de Las Vegas del Cono Sur, una ciudad plantada en medio de un desierto, Pipita Higuain rompió la sequía, sació su sed de gol. Y apareció como lo hacen los artilleros de raza, en el momento esperado, en un partido de los decisivos.
“Estaba trabajando para que llegue. Sentía la confianza del cuerpo técnico, de los compañeros. El delantero vive del gol, y qué mejor que haberlo hecho para alcanzar las semis”, se sinceró minutos después de haberle roto nada menos que a Lionel Messi una racha: los cuatro premios al hilo como “Mejor Jugador del Partido” que la Pulga llevaba atesorados en Brasil. Este sábado, ante Bélgica, le tocó a él. Y no hizo falta que lo distinguieran para confirmarlo: había sido el mejor por amplio margen.
Los brasilienses, los habitantes de la capital de Brasil, cuentan los días hasta que empiecen a cantar las chicharras anunciando el fin de la larga temporada sin lluvias en el Planalto, la meseta que da cobijo a la sede del gobierno federal desde hace 64 años. Para Gonzalo Higuain, de 26 años, el chaparrón no podría haber sido más oportuno: llegó al gol cuando la saudade por Carlos Tevez empezaba a cobrar renovada fuerza, tras cuatro partidos de desencuentros, no sólo con la red, sino también con la pelota. Alejandro Sabella, un poco por convicción, otro poco por necesidad (no tiene otro referente de área) lo bancó y destacó que ante Suiza había sido el argentino con más metros corridos en la cancha. “La lesión que trajo de Italia lo dejó mucho tiempo inactivo”, lo excusó el entrenador.
¿Qué habrá pensado el jugador del Napoli cuando a los ocho minutos el remate de Angel Di María dio en un rival y le quedó ahí, para que le pegara de aire y la pusiera allá lejos de la estirada del gigante Thibaut Courtois? Fue su primer grito en Brasil 2014, el quinto en un Mundial, el número 22 con la camiseta argentina.
Insaciable, en el segundo tiempo casi factura de nuevo tras una espectacular contra; el travesaño lo privó de su doblete, no de su tarde de gloria.
“Estoy feliz, gracias al equipo, a mi familia, a los hinchas que nos acompañan por todo Brasil y desde Argentina. ¿Si ya estamos hechos? No, nos faltan dos partidos para cumplir con este sueño por el que luchamos desde el primer día, desde las eliminatorias”.
Volvió Argentina a semis de un Mundial. Volvió Pipita.