De la mano de un intratable Facundo Campazzo -33 puntos y 5 asistencias-, el conjunto marplatense venció 88-73 a Regatas Corrientes, cerró la serie 4-2 y se coronó campeón.
Peñarol de Mar del Plata derrotó anoche a Regatas Corrientes por 88-73, ganó la serie final por 4 a 2, y de ese modo se coronó como nuevo campeón de la Liga Nacional de Básquetbol.
El equipo dirigido por Fernando Rivero se impuso con parciales de 24-19, 20-10, 17-14 y 27-30, en un partido llevado a cabo en el Polideportivo Islas Malvinas de Mar de Plata.
La figura del partido fue el base de Peñarol Facundo Campazzo, quien además de conseguir 33 puntos y repartir 5 asistencias, fue el jugador encargado de desequilibrar el juego y quebrar a un digno rival como Regatas, el campeón anterior.
En el equipo correntino volvió a sobresalir la figura de Paolo Quinteros, quien en esta ocasión anotó 24 puntos.
Este es el quinto título de liga conseguido por Peñarol tras los logrados en 1993/94, 2009/10, 2010/2011, y 2011/2012.
Claves para explicar los 15 puntos (44-29) que separaron a Peñarol de Regatas al término de los primeros veinte minutos: las penetraciones de Facundo Campazzo, el buen aporte de los suplentes (se destacó Gabriel Fernández, con 6 puntos, 3 rebotes y un recupero) y su gran efectividad (75 por ciento en dobles), especialmente en los últimos 5 minutos del segundo cuarto, cuando logró su máxima diferencia, 17 puntos (43-26).
Regatas empezó bien, respondiendo ataque con ataque, cerrándole a Peñarol los caminos hacia el aro, y sacando ventajas con los cuidados que la defensa del conjunto marplatense le daba a Paolo Quinteros. Esta situación le brindaba al escolta entrerriano dos opciones, tirar o asistir a algún compañero.
Sin embargo, los problemas para Regatas comenzaron cuando Ricardo Sánchez y Fernando Martina (le cobraron una falta técnica por un codazo a Martín Leiva) comenzaron a cargarse de faltas. Ambos jugadores llegaron rápidamente a 3, y el entrenador Nicolás Casalánguida se vio obligado a enviarlos al banco de suplentes.
Igualmente, Peñarol no necesitó en demasía llegar hasta cerca del tablero, los lanzamientos de larga o media distancia de Adrián Boccia (10 puntos en la primera parte), Fernández y el estadounidense Ray Fisher, sirvieron para ir ampliando la ventaja.
El trámite del segundo tiempo entró dentro de los carriles lógicos. Peñarol arrancó desordenado, pero con un 5-0 colocó la máxima diferencia del juego de 20 puntos (49-29). Sin embargo, en el corto plazo ese desorden no lo favoreció, y le permitió a Regatas, ya con un Quinteros determinante, recortar la ventaja.
Pero, Peñarol volvió a meterse en el partido, de la mano de un Campazzo, quien cuando salió en velocidad no pudo ser controlado, y con la reaparición de Boccia en el goleo.
Como sucediera en el cuarto juego de la serie, también jugado en el Polideportivo, el último cuarto tuvo como protagonistas a Campazzo y Quinteros, ellos dos fueron de bombardear el aro contrario. Y lo de Campazzo fue tan determinante que en los últimos 10 minutos convirtió 20 tantos.
Peñarol ganó cómodo, con la misma amplitud y contundencia con la que se impusiera en tres de los cuatro triunfos que logró en esta serie. Regatas fue un digno rival, no le alcanzó con Quinteros, y algunas actuaciones individuales, como la de Nicolás Romano.
Fuente: DyN