San Francisco Caracciolo, fundador Nacido en Villa Santa María de los Abruzzos, Italia, en 1563, fue uno de los fundadores de la Orden de los Clérigos Regulares Menores, que se consagran a la contemplación, a los trabajos apostólicos y a la atención de presos en las cárceles y condenados a muerte. Dedicó su vida a conseguir el arrepentimiento de los pecadores y a predicar la palabra de Dios. Murió a los 40 años de edad el 4 de junio de 1608.
El papa Pío VII en 1807 lo proclamó santo. San Quirino, obispo y mártir Entre los muchos mártires que ofrendaron la vida en las provincias del Danubio durante el reinado de Diocleciano, se cuenta San Quirino, anciano obispo de Siscia, en la actual Croacia. Detenido, se negó a ofrecer sacrificios a los ídolos ante el gobernador Amancio. «He confesado al verdadero Dios en Siscia y aquí haré lo mismo, porque nunca adoré a otro. A El llevo en el corazón y no hay hombre sobre la tierra que pueda separarlo de mí». Fue arrojado al Danubio con una piedra atada al cuello, el año 308.