Un grupo de indígenas y miembros de movimientos sociales protestaban en Brasilia hasta que llegó la fuerza de seguridad. Hubo flechazos y gases lacrimógenos. Fotos.
La policía dispersó hoy con gases lacrimógenos una manifestación pacífica contra el Mundial protagonizada por indígenas y miembros de movimientos sociales frente al estadio mundialista de Brasilia.
A solo 16 días del inicio de la Copa del Mundo en Brasil, policías del Batallón de Choque lanzaron gases contra cerca de un millar de manifestantes, incluidos niños y ancianos, para impedir que se acercaran al estadio Nacional Mané Garrincha, que acogerá varios juegos de la Copa y exhibe al público desde este martes el trofeo como parte de un tour por varias ciudades del país.
Algunos manifestantes respondieron lanzando piedras contra los cerca de 500 agentes que rodeaban el estadio. Un efectivo de la policía montada fue herido por una flecha disparada por uno de los indígenas en la manifestación, que fue detenido y liberado poco después. El oficial fue operado para retirar la punta clavada.
Una moto de la policía también fue alcanzada por varios flechazos, según mostró la televisión Globo.
“Espantar el mal”. Poco antes, cerca de medio millar de líderes indígenas de cien etnias de todo Brasil -incluido el jefe indígena Raoni, de 84 años, gran defensor de la Amazonia- subieron al techo del Congreso en reclamo de políticas para sus pueblos.
“¡La Copa no la quiero, quiero ese dinero para salud y educación!”, gritaban los manifestantes
“Subir al Congreso fue un acto de valor, muestra que somos guerreros y defendemos nuestros derechos”, dijo a la agencia internacional AFP Tamalui Kuikuru, de la región del Xingú de Mato Grosso (centro oeste).
Los indígenas, que llegaron luciendo sus pinturas, plumas, arcos y flechas tradicionales, descendieron pacíficamente del techo del Congreso poco después, recorrieron la gran avenida donde se encuentran los ministerios y luego se sumaron a varios cientos de manifestantes antiMundial y del movimiento de los Sin Techo que marchaban hacia el estadio.
“¿La Copa es para quién? ¡No es para nosotros!”, clamaba poco antes de los enfrentamientos con la policía un manifestante por un altavoz. “¡La Copa no la quiero, quiero ese dinero para salud y educación!”, gritaba.
Los indígenas iniciaron su protesta con rezos tradicionales al ritmo de maracas en la plaza de los tres poderes, flanqueada por los edificios de la Presidencia de la República, el Congreso y la Corte Suprema.
Algunos ancianos usaban humo para “espantar el mal”, según explicaron a la AFP.
Los indígenas han multiplicado sus protestas en la capital durante el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, a la que acusan de frenar la demarcación de sus tierras ancestrales y de favorecer a los grandes agricultores.
Ola de huelgas.La manifestación ocurre en un contexto de protestas contra la Copa y huelgas en varios sectores a las puertas del Mundial, que se extenderá entre el 12 de junio y el 13 de julio.
Una huelga de choferes de autobuses paralizó el martes Salvador (noreste), una de las 12 ciudades sede del Mundial, afectando a un millón de personas. En Rio de Janeiro, una nueva paralización de 24 horas fue convocada el miércoles, dos semanas después de dos paros que dejaron unas 700 unidades depredadas.
Brasil fue sacudido por una ola de masivas manifestaciones durante la Copa Confederaciones en junio del año pasado, para reclamar que el gasto público en los estadios fuera redirigido a la salud, la educación y el transporte.
Las manifestaciones, que continuaron durante meses aunque con muchísima menos intensidad, han estado más vinculadas en las últimas semanas a movimientos sociales organizados, desde sindicatos a partidos de izquierda radicales, ONGs críticas al Mundial, el Movimiento de Campesinos Sin Tierra o los Sin Techo.
Varios sectores, de policías a profesores, pasando por los conductores de autobuses de Rio, Sao Paulo (sureste), Salvador y Sao Luis de Maranhao (noreste), aprovechan la cercanía de la Copa para pedir aumentos salariales y hacer huelga.
Fuente: AFP