Pareciera que las autoridades del frigorífico FEPASA, que mantiene un conflicto con sus trabajadores por salarios y medio aguinaldo impagos, ha comenzado a desarrollar una estrategia orientada a tensar aún más la situación en la planta. Durante la mañana de ayer el
contador Guillermo Davrieux, titular del Directorio de la firma y máximo responsable de los destinos de la empresa, hizo declaraciones a dos medios radiales, viendo que del otro lado del cerco perimetral, donde se concentraban los operarios, el tenor de sus palabras causaba profunda ofuscación.
«Los estoy viendo» le dijo al periodista Hugo Barreto, cuando éste le consultaba sobre las medidas de fuerza de sus empleados. Pero la cosa no quedó ahí. El empresario aseguró en el mismo reportaje que «es imprescindible el ingreso de dinero fresco y para que ello ocurra es necesario que los trabajadores se dediquen a trabajar». A la noche impiadosa, transcurrida en medio de quema de neumáticos y desconcierto, se sumó esta declaración que, ex profeso o no, terminó echando más leña al fuego. Sus destinatarios fueron los funcionarios políticos, gremiales y los propios trabajadores, a quienes se responsabilizó de la situación.
No se salvó ni la cámara que agrupa a los empresarios del sector, que tampoco ha hecho pública su opinión sobre la delicada situación de uno de sus asociados. Esta mañana el gobierno entrerriano hará un aporte de 2 mil pesos por trabajador, que los operarios de FEPASA podrán cobrar en el Bersa Plaza. Ayer por la tarde, mientras se aguardaban novedades, los empleados de la firma concentrados frente a la planta dieron a conocer su opinión sobre el subsidio.
«No es posible que el Estado tenga que pagar las deudas de un privado», decían, mientras recibían gestos solidarios de mucha gente que llegó hasta el lugar a acompañarlos y ayudarlos con alimentos. El efecto de las declaraciones de los directivos de la firma se notaba en cada conversación, en tanto se sumaron administrativos que, hasta hace unos días, miraban el conflicto desde el interior.
Entre ellos, quienes se encargaron de elaborar un análisis de la situación, solicitada por el ministro José Lauritto, donde se hacía hincapié en el momento delicado que la empresa transita en el circuito bancario. La única novedad importante de la jornada, que era la esperada aparición de un inversor, no fue confirmada ni desmentida. Los trabajadores, por su parte, reafirmaron anoche su voluntad de no ceder ante las provocaciones.