Con mucho esfuerzo, le ganó 2-1 a Defensa y Justicia y pasó a Instituto, que perdió con Ferro. El equipo de De Felippe quedó tercero, pero si mañana gana Huracán, lo alcanza.
Independiente hizo algo inédito, algo a lo que no estaba acostumbrado. Y no tiene que ver con el juego, con la aparición de algún jugador tapado o un esquema distinto. La novedad en el Rojo es que aprovechó una oportunidad, sacó beneficio de una situación ventajosa. Cuando ayer arrancó el partido en el Libertadores de América, ya había terminado el primer tiempo en cancha de Ferro, donde Instituto perdía uno a cero. La derrota del equipo cordobés estaba invitando a Independiente a que se ubicara en el tercer lugar del ascenso, a dos fechas del final. Sólo debía ganar. Y lo logró. Con un gol de Pisano, otro de Ojeda y mucho sufrimiento, logró darle vuelta el resultado a Defensa y Justicia. Ahora, el equipo de Omar De Felippe quedó un punto por encima de Instituto, aunque con la posibilidad de que lo alcance Huracán si el lunes le gana a Talleres.
El desarrollo del partido fue muy similar al de la fecha pasada, contra Douglas Haig. Independiente empezó abajo, y le costó horrores remontar el resultado. Defensa y Justicia se había puesto en ventaja a los siete minutos, en una jugada en que Claudio Guerra bajó la pelota de pecho en el área, provocó un choque grosero entre Ojeda y Vallés, y sentenció al Ruso Rodríguez. A remarla, entonces. El empate de Matías Pisano, con una definición gourmet, trajo algo de calma. Sin embargo, un empate era demasiado amarrete para las ambiciones de ascenso. El técnico se la jugó, apostó todo y puso cinco delanteros: Insúa, Pisano, Adrián Fernández, Pizzini y Penco.
Con más voluntad que claridad, con más esfuerzo que imaginación, el Rojo llegó al triunfo. Tiro de esquina, cabezazo de Fernández, travesaño y Ojeda, que se asomó entre tres compañeros que habían ido a buscar el rebote. Así lo había dado vuelta la fecha pasada, así lo dio vuelta ayer. Es cierto, Independiente no está en una situación como para cuestionar las maneras. El único plan posible es ganar y volver. Le quedan dos escalas más. La próxima es nada menos que en Córdoba, contra Instituto. Otra final.