En una primera etapa se informará a los comerciantes para que se adecuen a las reglamentaciones para la colocación de cartelería en los espacios públicos. En una segunda etapa se aplicarán las sanciones que correspondan. Además está el tema de la contaminación visual, que cada vez parece más difícil de abordar.
Desde esta semana un cuerpo de inspectores de comercio relevará en toda la ciudad los comercios que poseen cartelería y ocupan los espacios públicos con otros elementos. Según declaraciones del subsecretario de Planeamiento Urbano, Jorge Eritier, «la idea es charlar con los comerciantes y explicarles los detalles de la Ordenanza Nº 7.711, que regula esta temática, a fin de abordar el tema en conjunto.
Es por esto que solicitamos y agradecemos desde ya a los comerciantes y vecinos, que tengan la predisposición de recibirlos ya que los inspectores informarán los objetivos de la Ordenanza y la intención del municipio». Durante este tiempo se informará a los comerciantes para que se adecuen a las reglamentaciones. En una etapa posterior se aplicarán las sanciones previstas por la normativa.
Seguridad Pública
Además, Eritier explicó que no se trata sólo de cobrar un canon, «hoy en día con tan sólo caminar en algunas zonas de la ciudad, nos damos cuenta que hay varias irregularidades en torno a la seguridad pública. Carteles ubicados en lugares donde la gente no puede pasar, otros de gran porte que no reunirían la seguridad necesaria, espacios ocupados por diferentes elementos, otros carteles tipo marquesina que poseen instalaciones eléctricas, entre otros elementos que merecen una especial atención para seguridad de todos».
Contaminación visual Por si fuera poco, además de la cartelería ubicada en lugares peligrosos, sin medida de seguridad y sin autorizaciones, está el tema la contaminación visual, que refiere a los estímulos visuales que compiten con las señales e indicaciones de tránsito, en obvia desventaja. La contaminación visual, tal como se conoce a este fenómeno, es definido por los especialistas como el exceso de carteles, antenas, tendidos eléctricos o elementos arquitectónicos inadecuados que perjudican a los ciudadanos y al medio ambiente. Es decir, todas aquellas imágenes que se suman al mobiliario urbano y distorsionan la atención del conductor.
El problema reside en que el cerebro humano posee una determinada capacidad de absorción de datos, y ésta se ve superada por la sobreestimulación. El sentido de la vista es el que tiene mayor incidencia en la percepción del entorno y es fundamental en el manejo. Al producirse una especie de «estrés visual» por un cambio o desequilibrio en el paisaje, las reacciones psicofísicas del hombre se ven alteradas.