Si ganar de visitante es un mérito en sí mismo, hacerlo cuando hay que sostener la novedosa chapa de puntero encierra una virtud superior. Más todavía si el que está enfrente se juega sus últimos cartuchos para seguir en Primera. Esos elogios le caben a este Gimnasia, líder por derecho propio.
Suele decir Pedro Troglio que su equipo se construye desde su bloque defensivo, al que sólo cambia por obligación. Pero no estuvo en ese apartado lo mejor de Gimnasia ayer; Argentinos llegó con comodidad hasta Monetti, en un partido sin pausas.
En todo caso, lo mejor del equipo estuvo en la faz ofensiva. Tanto que creó media docena de situaciones claras de gol sólo en la primera etapa. El Lobo basa su juego de ataque en Mussis, inteligente para ubicar los espacios vacíos y darles aceleración a los picadores que tiene a los costados: Meza y Mendoza. Los tres conforman lo mejor de la cosecha de juveniles del club en los últimos años. Los tres, también, le dan vértigo al medio campo. El gol de Meza, a poco de arrancar el partido, le dio pie a la versión contragolpeadora de Gimnasia. El propio Meza, Pereyra y Alvaro Fernández echaron a perder la posibilidad de liquidar el partido en ese muy entretenido primer tiempo.
Pero lo que no concretó Gimnasia en ese tramo lo facturó al comienzo del segundo, cuando Pereyra primero se armó su propio pie a mano contra Nereo Fernández y después definió con clase. Iban cinco minutos, suficiente como para que Argentinos firmara su rendición y también su descenso a la B, más allá de las formalidades. Un empate de Olimpo alcanzará para certificar ese viaje del equipo de Borghi; anoche, el público local vivió el juego como una despedida anticipada.
Lo que quedó de partido, en los cuarenta minutos restantes, fue una lucha desigual entre un equipo crecido anímicamente y otro que paladeaba su adiós. Así, el resultado podría haberse ampliado hasta una goleada, algo que no sucedió porque Gimnasia se aflojó, consciente de su triunfo seguro. A tres fechas del final, el Lobo alimenta la ilusión de conseguir por primera vez el título de liga. Que anoche haya alcanzado su sexto triunfo seguido es un dato estadístico respetable, sostenido por el espíritu de lucha de un plantel que hace un año peleaba por llegar a Primera.