Repasamos el vínculo de las celebrities y los negocios del año que termina.
Copiada del universo de los juguetes, la estrategia de asociar un producto a una celebrity, novela de éxito, artista o personaje conocido fue una de las tendencias comerciales de 2014. Hablamos de grandes nombres de la moda, la música y hasta la animación. Éxitos asegurados de venta de antemano que demuestran todo lo que fama puede influenciar y concretar.
Karl Lagerfeld tiene una línea extensa de objetos propios que van desde el muñeco de sí mismo hasta su silueta aplicada en sets de maquillaje, pasando por peluches y lentes de sol. Mattel, en ocasión del 55 aniversario de Barbie, eligió la estética del kaiser para poner a la venta una muñeca de pelo blanco, colita, anteojos, guantes negros y chupines, es decir, una réplica femenina del look ícono del diseñador de Chanel.
En el rubro de la moda otro que se lanzó a sectores desconocidos fue Louboutin que, además de sus característicos zapatos, prestó su estética para el diseño y la venta de una línea de esmaltes inspirada en las alturas de sus tacos. Jean Paul Gaultier hizo lo propio diversificando su colección hacia el mundo infantil con una línea exclusiva para los niños de las excéntricas fashionistas que lo adoran. Desde la moda, las hermanas Olsen también pusieron a disposición de estilo para el diseño de una colección cápsula de joyas low cost.
Por el lado de la ficción, las 50 sombras de Grey vienen generando ganancias en distintos rubros. Primero, fue la película basada sobre el libro. Después fue la lencería inspirada en la historia y ahora, lo último, es una línea de maquillaje que promete looks sensuales y atrevidos. Marge Simpson es otra que fue aprovechada y convertida en una especie de it girl de la animación. La iniciativa fue de MAC que creó un kit de maquillaje inspirado en el personaje de Los Simpsons.
El mercado de la moda ya es un terreno frecuentado por celebrities. Este año, las más destacadas fueron Beyoncé y Sarah Jessica Parker. La primera presentó una línea de ropa deportiva propia, mientras que la segunda viene aprovechando los ecos de Sex and the City y se dedica a diseñar zapatos. Otro advenedizo del mundo de la moda es Julian Assange que, viendo cómo su nombre y su cara se reproducían a lo loco en remeras, decidió obtener las ganancias de ese negocio y desde su refugio diplomático se puso a trabajar en el diseño de una línea de ropa y de objetos de papelería.